Cuando quiero hablar, no quieres escuchar; entonces regreso a mi silencio, en donde las letras comunican mi sentir con el mundo exterior.
Vienes a mí cuando requieres contar lo que te lastima, lo que te incomoda y yo trato de encontrar herramientas que te ayuden a cambiar de dimensión.
Me buscas, cuando la casualidad se mezcla con algún espacio tuyo libre en la agenda y siempre yo...
tengo la disponibilidad de ofrecerte mi atención.
Me gusta escucharte y me hace sentir importante tu hábito repentino de buscarme,
pero ésta situación no tiene sincronía.
Me convertí en una receptora y yo necesito enviar mensajes,
por muy absurdos que sean, y tú...te vas.
Desapareces poco a poco como la neblina al amanecer,
en forma sigilosa.
Entonces, me quedo otra vez sola...
frustrada y ahogada en mis propios sentimientos.
No es una amistad equitativa...y al final, quedo yo... y mi silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario