viernes, 17 de octubre de 2014

Coincidencia

Apareció una vocecita que me llama por mi nombre, diciendome cosas bonitas, haciéndome reir.
Tan irreverente como el aire huracanado y sorpresivo como una estrella fugaz. Tan fresco como la lluvia en un día de calor y tan familiar como un compañero de antaño.
Y tu presencia llega al momento en que decido retirar lo que no me dejaba tranquilo el espiritu; que me hacia estar entre la duda de hacer o no hacer
¿Juegos del destino? ¿Caprichos de la vida?
O simplemente una forma de recordarme que aún debo esperar por alguién que anda por ahí...

jueves, 16 de octubre de 2014

Cambios

Tuve que pasar tantos días en espera de una visita tuya, para entender que no llegarías nunca.
Mi yo interno se burlaba de mi insistiendo que solo estaba anhelando acciones imposibles de alguién que no busca nada en concreto. Su absurda excusa de errores pasados cometidos y experiencias amargas que no trajeron resultados positivos, en el escudo de su sobrevivencia. Y yo??? entonces que estoy haciendo.
Dí mis horas por buscar apoyarlo, por buscar soluciones, para sanar heridas y consiente de no recibir premio alguno, pero mi corazón latía siempre tratando de ir al compás del suyo.
Ahora mi situación es conflictiva y quizás un poco masoquista, ya que aunque decidí cambiar mis rumbos e ir con otras personas, parece que llevara un tatuaje tuyo que me recuerda que solo tus manos pueden tocarme. Eres una maldición la cual requiero y necesito el antídoto para borrar éstos sentimientos que me aturden y me tienen en un estado de melancolía constante.
Lo más irónico de todo esto, es que sé perfectamente que yo sola me enrede en la telaraña que construimos ambos, y que por anticipado sabíamos que no iba a ningún lado, por lo que no te culpo de que me haya enamorado una vez más tan tontamente.
El secreto es exitante y hace ir a la adrenalina a mil kilómetros por hora, pero llega un momento en que desee ir más lento para disfrutarte mejor, y quizás, estupidamente poder mostrar al mundo, quién era el motivo de una sonrisa enamorada.
Pero una vez más la lección se aprendió. Cuando no hay aire favorable para navegar, no sirve de nada soplarle a las velas...simplemente es engañarse uno mismo.
A la superficie solo aparece, que te quiero... y eso no lo puedo eliminar...