El aire trae hasta a mí, tu fragancia para cobijarme de la noche.
Y tu voz susurrante es suficientes para adormecer mis sentidos,
aunque tus manos jueguen a hacer justo lo contrario.
Tus palabras tienen el efecto de hacerme sentir caricias que me deleitan
durante el proceso que toma conciliar el sueño.
y es ahí donde puedo encontrarte para que juntos disfrutemos la madrugada
sin pensar en tiempos ni espacios, o en limites que impiden que disfrutemos
de nuestra mutua compañía.
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