No puedo mentirme, quiero y desearía verte y tenerte aquí.
El saber de ti hizo que se abriera de nuevo la puerta de mis anhelos, que había logrado contener.
Escenas vividas de tu y yo, pasan como cortometrajes en mi mente, y no logro esquivarlas; que daría por besarte ahora, de abrazarte, de perderme en el mar de caricias que creábamos cuando estábamos juntos.
No pensé que los recuerdos pesaran tanto, y contigo pareciera que el sudor cae en la herida y duele; duele reafirmar una vez más que te has ido y yo sigo extrañándote; que a pesar de mis esfuerzos de buscar otros nombres que mi boca pronuncie, solo el tuyo llevo tatuado.
No existe la marcha atrás y espero fervientemente que el tiempo haga su trabajo y me de la pauta para encontrar una nueva fuente a mi inspiración, y a todo este amor que tengo y que siento me ahoga.
Mientras tanto persiste la gran interrogante: Cómo dejo de extrañarte?
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